A ver, a mí Michael Haneke me gusta bastante, pero he de reconocer que hay que saber aguantarle o pillarle el tranquillo. Si te decides a ver una película suya, estate predispuesto a ver un peliculón o una fumada de las suyas.
Has de saber ya de antemano que vas a ver algo muy propio de él, muy suyo, y que o te gusta o no.
Con esa idea me decidí a ver esta obra, quizá de las más consagradas que tiene (mejor director en el festival de Cannes, 5 premios del cine europeo... ya dice mucho). Ya he hablado de otros trabajos suyos (como Funny Games o la más reciente, Amour ) y los derroteros van por el mismo sentido que en aquellos. Es un trabajo impecable pero con un sentido ambiguo.
Dejadme que os explique
AÑO: 2005
DURACION: 117 min
DIRECCION Y GUION: Michael Haneke
REPARTO: Daniel Auteuil, Juliette Binoche, Maurice Benichou, Annie Girardot, Walid Afkir, Bernard le Coq
FOTOGRAFÍA: Christian Berger
Georges, un presentador de televisión aclamado y respetado vive una cómoda vida aburguesada con su mujer y su hijo adolescente. De la nada, empieza a recibir misteriosos vídeos en los que aparece el y su familia, filmados sin que nadie lo advierta y sin un objetivo aparente, pero cada vez se vuelven más personales. Georges tiene la impresión de que es alguien que le conoce desde hace tiempo y que una amenaza se cierne sobre él.
¿A quién tenemos por aquí? No conozco la carrera de Daniel Auteuil tanto como me gustaría (solo he visto un trabajo suyo, la comedia Salir del armario, que recomiendo) al igual que la de Juliette Binoche, pero sus nombres y su reputación les preceden y con razón. Son un matrimonio estupendamente hilado y construido, se les nota el miedo en ellos a medida que pasa el tiempo y las cintas se vuelven más cercanas. En sus propias escenas dejan claro su puesto, tienen un duelo interpretativo muy difícil de decidir, y aunque el protagonista sea Auteuil, éste tiene la réplica perfecta en la Binoche. Un detalle que a mí me parecio curioso es que la actriz francesa se parece mucho físicamente a Rachel Griffiths, la actriz protagonista de A dos metros bajo tierra, la magnífica serie de la HBO sobre una familia que tiene una funeraria familiar, se parece tanto que incluso llegué a dudar de si era ella o la otra.
Del resto de los actores no tengo nada más que añadir, todos los secundarios son eso, secundarios, ya que no aportan mucho más aparte de apoyo al dúo protagonista. Mención a Maurice Benichou, actor de gran reputación en Francia por el cine y el teatro, y que aparece en Amelie, de Jean Pierre Jeunet. Es un papel bastante importante y tiene la mejor escena de todo el metraje. Atentos si la veis, que sabréis cual es.
En cuanto a labores de realización... es Haneke's style. Planos largos, escenas muy silenciosas, momentos que parece que no van a ningún sitio. Aquí no están tan pronunciadas estas características, hay mucho más ritmo, nunca decae, algo raro en el director austriaco, más convencionalismo en el uso de la cámara, es decir, algo mucho más asequible y comestible para todos. Además de que hay más escenarios, una puesta en escena mucho más planteada y necesaria. Pero te llegas a plantear muchas veces por qué está enfocando a la mesa de cristal cuando los protagonistas están hablando o por qué hay una escena de 5 minutos en los que vemos a Auteuil simplemente llamando a su mujer para decirle que se va a la cama y verle meterse en ella.
En fin...
Ahora, la premisa es muy interesante. Y el desarrollo y evolución de los personajes una verdadera maravilla. Se trata de un guión muy bueno y estable al que le sobran pretensiones, ya que lo es tanto para Haneke como para el propio espectador
Me explico: no hay resolución, es otro experimento del austriaco, en una especie de intento de convertir el cine en ciencia y creerse él mismo Dios. Pero claro, eso no lo advierte nadie mientras vemos la película. Estamos viendo la película contada como a él le da la gana y aún así espera que la entendamos o que hagamos una mínima interpretación de lo que él quiere que entendamos. Y eso no es así. O por lo menos yo no lo veo así.
A mí la película me gustó, y me hubiera encantado si no fuera por esas razones que he mencionado antes. Haneke se pasa de pretencioso, de pedante, de snob. Y últimamente se le nota(Amour es una prueba bastante irrefutable de eso). Hasta ahora, sus mejores obras para mí son La pianista, Funny Games, y La cinta Blanca, precisamente por que no tienen todo lo que he mencionado antes y aún así mantienen su estilo propio y su frialdad y sobriedad.
Y qué pesado en no poner música en sus películas. Porque pongas algo que quite esa sensación de pesadez no va a pasar nada...
pero bueno
Caché tiene dos estrellas y media para mí. Y por poco no tiene dos.
THE BEST: Daniel Auteuil
THE WORST: Pon música tio, pon algo de música, aunque sea diegética, algo... no aburras desde el principio...